¿Qué necesitas para iniciar como cuidador?

Usualmente, ser cuidador no es algo que planeemos, simplemente es algo que ocurre cuando empezamos a apoyar a nuestro familiar para realizar tareas sencillas como ir a la farmacia o de compras.

Con el tiempo estas tareas van aumentando, ya que nos damos cuenta de que se requiere más y más de nuestra ayuda.

Cuando esto pasa, no sabemos bien qué hacer ni cómo hacerlo y se va aprendiendo sobre la marcha; sin embargo, podemos hacer algunas cosas para que, durante el camino, sea más fácil para nosotros y para nuestro familar.

Los cuidadores apoyan al adulto mayor en tareas frecuentes como:

• Higiene y bienestar personal
• Detección de cualquier problema de salud o de signos vitales como presión, temperatura, entre otros, y síntomas de deterioro funcional
• Elaboración, presentación y acompañamiento de su alimentación.
• Movilización
• Arreglo y seguridad del entorno
• Uso positivo del tiempo
• Manejo de recursos financieros y pago de servicios
• Medicamentos, visita al médico y tratamientos
• Relación con familia, amigos y vecinos
• Actividades socioculturales

En otras ocasiones nuestro cuidado va a consistir en asistencia emocional, como manejar crisis o ver si se requiere de otro tipo de cuidado profesional; también somos la principal compañía de la persona y esto requiere de mucha energía emocional.

Principales desafíos de los cuidadores:

• No reciben remuneración
• Se enfrentan a las labores de cuidados sin capacitación previa
• Combinan sus responsabilidades

¿Qué recomendaciones podemos seguir en el proceso? Se las compartimos:

1. Entender el padecimiento o lo que le está pasando a nuestro familiar. Buscar información o hablar con profesionales de la salud al respecto.

2. Buscar información de qué cuidados requiere la persona dependiendo de su diagnóstico.

3. Hablar con el resto de la familia para establecer horarios de cuidado y evitar el desgaste del cuidador.

4. Buscar grupos de apoyo que ayuden a entender y hablar con alguien de lo que estamos pasando.

5. Comprar los medicamentos o material que sabemos que nuestro familiar va a necesitar, por ejemplo: protectores en caso de incontinencia y material médico necesario en caso de que requieran curaciones.

6. Volver la casa lo más segura posible para ayudar a nuestro familiar.

7. Establecer una rutina de actividades tanto de higiene como de dispersión.

8. Tener a la mano los datos de emergencia y de identificación para saber qué vamos a hacer y a quién contactar.

9. Tener el contacto de personas con las que podamos hablar cuando nos sentimos sobrecogidos o estresados con la situación.

10. Esperar lo inesperado. Muchas veces, a pesar de planear todo con cuidado, pueden pasar situaciones que nos generan estrés. Es importante reconocer que no siempre vamos a poder resolver todo y que estamos haciendo lo mejor posible.

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Fuentes:

www.imss.gob.mx | https://cuidadores.com.mx