Alimentación balanceada para cuidadores.

La comida y la hora de comer pueden ser una fuente de comodidad y conexión para el cuidador y sus seres queridos. Puede ser un momento donde se puede desacelerar y aprovechar la compañía de cada uno, algo que se pierde en el ajetreo de citas, compromisos y obras del día. Para la persona a la cual se le está cuidando, la comida puede ser una fuente de familiaridad y felicidad durante los tiempos difíciles.

Una de las tareas principales del cuidador es proporcionar comidas nutricionales a las personas que están cuidando. Hemos hecho una lista de cosas que debe considerar cuando esté planeando una comida:

Dietas especiales:

¿Necesita su ser querido mantener una dieta especial a causa de una enfermedad o límite físico? Tome nota de lo que el médico indica en consulta.

Estado de peso: Cambios repentinos y no intencionales de peso, pueden indicar un cambio en la condición médica de la persona. Por ejemplo, usted puede notar un cambio en los movimientos intestinales, hinchazón en las piernas o tobillos, comer menos de lo normal. Si algunos de estos cambios persisten, se recomienda ir a consulta.

Recursos Financieros:

Aun con las mejores intenciones, algunas veces las fuentes financieras pueden ser limitadas y esto puede hacer más difícil mantener una dieta saludable. Consulte programas de ayuda en su centro de salud cercano, como provisión de despensa para adultos mayores con credencial de INAPAM.

Disponibilidad de Alimentos:

No siempre es fácil ir a la tienda o supermercado y encontrar los alimentos que usted está pensando en comprar. En esta situación, trate de comprar productos secos y en cantidades grandes. Alternativamente, puede organizar con un amigo o familiar que le lleve de compras regularmente. También tenga en cuenta que muchos supermercados y tiendas de alimentos tienen servicios de pedido y entrega a domicilio por internet o teléfono.

Sabiendo qué tipos de alimentos usted desea preparar y tener los ingredientes a mano es mitad de la batalla. La otra mitad es ponerlo todo junto. Tenga en mente cualquier requisito especial de dieta que necesite.

Vegetales y Frutas:

½ plato

Sirva vegetales con cada comida como un acompañamiento, mezclados en la comida (como un guisado o sopa), ensalada o parte de un sándwich. Aunque siempre es importante escoger una variedad de vegetales y los vegetales de hoja verde oscura deben ser servidos regularmente. Las frutas pueden ser parte de las comidas, refrigerio o postre.

Proteína:

¼ plato

Busque cortes de carnes magras (especialmente pollo o pescado). Evite carnes procesadas, como los embutidos y salchichas. Pruebe fuentes de proteína a base de plantas incluyendo legumbres y el tofu.

Pastas y granos:

¼ plato

Las opciones más saludables son los granos enteros como el arroz integral, pasta integral, cebada o quínoa. Los vegetales con almidón, incluyen las papas y maíz que son otras opciones en la categoría de almidón.

Lácteos:

2-3 porciones al día

Algunos ejemplos incluyen leche, queso y yogurt. Use productos bajos en grasa si es necesario.

El mantenerse bien hidratado es crítico. Casi 60% de nuestro cuerpo es agua. El agua es vital para muchas funciones del cuerpo incluyendo el remover las toxinas del cuerpo a través de la orina. Los signos de deshidratación incluyen dolor de cabeza, boca seca, mareos, debilidad, piel seca y orina de color oscura. Las recomendaciones para el consumo de líquidos varían de persona a persona, pero está estimado tomar de 6-8 vasos al día. Monitoree el color de la orina: el color amarillo claro indica hidratación adecuada.